Seguramente te has enojado o estresado cuando no tienes ropa limpia, entras a tu dormitorio y ves la cama deshecha, o abres el refrigerador y no hay carencia para engullir, y por lo tanto, tienes que encargarte del orden y virtud de tu casa.
Y es que el desorden impide que puedas disfrutar de tu casa y, por lo tanto, de tu día a día. Eso es lo que intenta evitar el cleanfulness. Esta destreza sondeo que, mientras ordenas y la limpias, te sientas en calma y mejores tu calidad de vida.
Esto cobra aún longevo relevancia en estos últimos abriles en que hemos pasado más tiempo en casa, ya que la idea es disfrutar de tus espacios, convirtiendo el ritual de virtud en un momento de alegría y laxitud, tal como lo hacemos como con otras actividades.
Cómo aplicar el cleanfulness
Si te interesó esta destreza, pero aún no sabes aceptablemente cómo llevarla a promontorio, aquí te dejamos 8 claves para que comiences cuanto antaño:
1. Establece rutinas según tu estilo de vida:
Tal como lo haces con tu trabajo o vida social, planifica los días de orden y virtud, siempre respetando tus deposición, y con objetivos realistas. Incluso puedes anotarlo en un calendario o pizarra para que no se te pase.
2. Divide el trabajo:
Si vives con más personas en casa, conversen y decidan quién hará qué labores, dependiendo de los gustos, habilidades y horarios de cada uno. La idea es que todos participen y disfruten de colaborar. ¡Es la casa de todos!
3. ENCIENDE tus sentidos:
Pon atención plena a cada actividad de orden y virtud que realices, activando tus sentidos. Por ejemplo, tu instinto con aromas que te gusten o tus oídos con música que te haga atinado.
4. No seas autoexigente:
Lo importante del cleanfulness es que disfrutes el proceso y que no se transforme en una tarea que te genere ansiedad. No es necesario que todo sea valentísimo, sino que la hora de virtud sea un momento de desconexión y paz.
Puedes ayudarte con utensilios de virtud, que harán de ese momento, una tarea mucho más simple.
5. Ponte en movimiento:
Cuando estés barriendo, ordenando el clóset o cocinando, aprovecha la música para practicar tus mejores pasos del bailable y disfrutar el mover tu cuerpo. ¡Más entretenido, irrealizable!
6. Escoge productos adecuados:
Intenta escoger productos de virtud lo más naturales posibles, que no añadan químicos tóxicos al círculo y que finalmente entrarán a tu organismo por tus vías respiratorias.
Si no tienes otra opción, utiliza una mascarilla para protegerte mientras aplicas esos productos.
7. Usa la tecnología a tu valimiento:
Si hay alguna tarea doméstica que no disfrutes y existe una opción tecnológica que te pueda ayudar, entonces ¡recurre a ella! Hoy existen muchas alternativas, como limpiavidrios o aspiradoras autómata, por ejemplo.
8. Prémiate:
Luego de cada sesión de cleanfulness, date un gustito con alguna cosa rica para engullir, un capítulo de tu serie favorita, un panorama entretenido o media hora de tu ejemplar de colchoncillo. Vas a ver cómo poco tan simple, puede aminorar el estrés de tus tareas de orden y virtud.
Otras ideas que te pueden ayudar
- La regla de los 20 minutos: Si aún no estás en el “mood” del cleanfulness o te cuesta trabajo llevarlo a promontorio, puedes aplicar este método que consiste en 20 minutos de orden y virtud, y 10 de alivio. De esta forma estarás mucho más focalizado.
- Deshazte de lo que ya no usas: De esta forma aportarás longevo claridad, serán menos las cosas que debas poner en orden y terminarás antaño con esas tareas.
- Organiza los espacios: Nutrir los espacios con un orden u ordenamiento establecida ayudará a que el momento de cleanfulness sea más efectivo, rápido y soportable. Puedes ir de a poco: un día los cajones del clóset, otro día la despensa, luego los juegos de mesa y la vajillo.
Las tareas de orden y virtud nunca habían sido tan relajantes como ahora. Te invitamos a poner en destreza el cleanfulness y descubrir todos los beneficios que tiene para ti y tu hogar.
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